¿Te suena familiar el término “escucha activa”? Es un concepto de gran peso en coaching, tanto en el personal como en el coaching ejecutivo, así como en todas aquellas disciplinas que tratan las relaciones interpersonales: psicología, marketing, recursos humanos… Por ello, es una habilidad muy útil que puede ser de ayuda en tu entorno laboral y en tu vida personal en general.
Todos hemos oído alguna vez el dicho “escuchar no solo es oír” y es una frase que encierra más verdad de la que muchos creen. Escuchar es un proceso mucho más complejo en el que entra en juego una interpretación de aquello que percibimos. Según Rafael Echeverría, padre del coaching ontológico, en esta interpretación intervienen numerosos factores más allá de percibir sólo las propias palabras: también tenemos en cuenta las expresiones del interlocutor, su tono de voz o sus gestos. Es a través de estos estímulos que somos capaces de hacer una interpretación de lo que estamos percibiendo.
Este proceso interpretativo crea constantes problemas de comunicación y produce una brecha entre lo que el emisor dice y lo que el receptor escucha, ya que cada uno de nosotros gestiona sus interpretaciones desde su propio marco de referencia particular (sus valores, experiencias, emociones, creencias). Como dijo Nietzsche: “El que ve mal siempre ve algo de menos, el que oye mal siempre oye algo de más”.
Lyman K. Steil, presidente de la División de Comunicación Oral de la Universidad de Minnesota, ha estudiado el proceso de la escucha para elaborar el modelo SIER con el objetivo de saltar esa brecha interpretativa. Este modelo se apoya en la consideración de cuatro elementos que componen el proceso de escucha:
- Sentir: Capacidad de percibir sensorialmente lo que otra persona está transmitiendo, es decir de oír.
- Interpretar: Capacidad de entender lo captado. Interpretar consiste en hacer coincidir lo que uno quiere decir y lo que el otro comprende, evitando malentendidos.
- Evaluar: Capacidad de decidir y considerar la importancia que ese mensaje tiene para cada uno en función de los propios valores y creencias, así como la validez que tiene en el contexto dado.
- Responder: Capacidad para completar el ciclo de la comunicación, haciendo saber a la otra persona que hemos entendido lo que nos ha transmitido.
Por eso, en un proceso de coaching es de vital importancia hacer hincapié en la escucha activa. Un buen coach sabe escuchar activamente a su coachee para conseguir formarse la interpretación más cercana a la realidad y actuar en consecuencia, aportando preguntas poderosas que le ayuden a encontrar la solución por sí mismo. En nuestro Curso de Introducción al Coaching se trata este tema en profundidad con muchos más casos en los que la escucha activa es fundamental.
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