El emprendimiento se ha convertido en los últimos años en el refugio para muchas personas que no han encontrado su lugar en la empresa, sumado a la incertidumbre que existe en estos momentos de pandemia. Ser emprendedor significa ver oportunidades y creer que uno tiene la capacidad de dar respuesta. Para empezar el camino del emprendimiento se deben tener conocimientos en estrategia social, habilidades, aptitudes y mucha psicología empresarial y personal que será fundamental para conseguir el éxito.
En numerosas ocasiones se ha comprobado que una misma idea empresarial puede fracasar o tener éxito dependiendo de la persona y el equipo que lo gestionó. Para ser un buen emprendedor entran en acción factores culturales, económicos, sociológicos y psicológicos. La formación tiene un papel clave, ya que se puede aprender a emprender. Pero también es fundamental saber gestionar emocionalmente este arduo camino que es emprender y poseer ciertas características psicológicas.
Algunas de las características psicológicas fundamentales para conseguir el éxito son:
⦁ Confianza en sí mismo: Es fundamental que creas en ti, que eres capaz de alcanzar los objetivos que te has planteado. Confiar que toda ira bien y que lo harás bien, porque conoces tu potencial.
⦁ Perseverancia: Es la constancia para alcanzar el éxito, implica el esfuerzo, dejar las comodidades y superar los posibles errores o fracasos que puedan surgir en el camino.
⦁ Iniciativa: Para identificar oportunidades, innovar, transformar ideas y explotarlas para llegar al éxito en el proyecto empresarial.
⦁ Dinamismo: Para tener la capacidad de hacer crecer de manera rentable y sostenible una oportunidad empresarial.
⦁ Adaptación: Es clave para los nuevos emprendedores, sobre todo en estos tiempos en los que vivimos. Adaptarse a los cambios dentro de un proyecto o en la empresa es fundamental.
⦁ Liderazgo. Para influenciar y dirigir a otros, transmitiendo confianza, seguridad y honestidad.
⦁ Asertividad. Para mejorar la capacidad comunicativa, utilizando un estilo adecuado en el discurso, cuidando las palabras con la finalidad de conseguir unos objetivos.
⦁ Optimismo. Es clave para el éxito, ver “el vaso medio lleno” es importante a la hora de enfrentarse a nuevos desafíos y verlos como una oportunidad. Ser optimista ayudará a ser perseverante y superar los posibles obstáculos que se pueda presentar.
⦁ Valentía. Luchar para alcanzar los objetivos. El miedo a la incertidumbre y al fracaso puede llevar a cometer errores o a paralizarnos. Por ello es importante plantar cara a las dificultades y obstáculos que nos podamos encontrar en el camino del emprendimiento.
⦁ Proactividad. Anticipar y prevenir problemas antes de que ocurran y orientarse a la acción siempre con un alto nivel de paciencia y persistencia para llegar a la meta propuesta.
El espíritu emprendedor nace dentro de las personas, perder el miedo a arriesgarse para emprender. Para ello también será necesario tener cierta rebeldía para dar el paso al emprendimiento y dejar atrás la zona de confort. Un artículo en Psychology Today señalo:
“curiosamente, las personas con el mismo perfil de habilidades (individuos igualmente inteligentes, competentes y educados) pueden mostrar diferencias dramáticas en el potencial empresarial: algunos pueden estar motivados solo por el éxito de su carrera personal y ‘vender sus almas’ a grandes corporaciones, mientras que otros harán todo lo posible para trabajar por sí mismos y ‘ser su propio jefe’. Esta diferencia resalta la naturaleza rebelde, impulsiva y propensa al riesgo de las personas emprendedoras”.